El ego esta tratando de enseñarte como ganar el mundo y perder tu alma. El Espíritu Santo te enseña que no puedes perder tu alma y que no hay nada que ganar en el mundo. No puedes vender tu alma, pero puedes vender tu conciencia de ella. No puedes percibir tu alma, y no la podrás conocer mientras percibes cualquier otra cosa como más valiosa.
El espíritu Santo es tu fortaleza porque sólo te conoce como espíritu. El es perfectamente consciente de que no te conoces a ti mismo y perfectamente consciente de como enseñarte a recordar lo que eres. Dios está en tu memoria porque el espíritu Santo se encarga de que no lo olvides.
Tu no deseas el mundo. Lo único de valor en el son aquellos aspectos que miras con amor. Haz que el mundo real sea real para ti, pues es el regalo del espíritu Santo y te pertenece.
La corrección es para todos aquellos que no pueden ver. La misión del espíritu Santo es abrirles los ojos pues sabe que en realidad no ven porque están dormidos. El los despertara del sueño del olvido y los llevará al recuerdo de Dios.
El espíritu Santo mantiene a salvo la visión de Cristo para los que duermen. El te mostrará el mundo real porque Dios te dio el cielo. El despertar da comienzo cuando el empieza ha invertir en el mundo real.
Una vez que conozcas lo que supone estar dormido, decidieras despertar y el mundo real aparecerá ante tu vista. Cristo está esperando a que lo veas. El contempla serenamente el mundo real que espera a compartir contigo porque sabe que su padre lo ama. El espera en perfecta paz ofreciéndote el amor del padre bajo la bendición del espíritu Santo pues el conducirá a todos hcia el Padre.
Cada uno de nosotros somos uno con Cristo igual que el es uno con el Padre.cuando el espíritu Santo te haya conducido hasta Cristo ante el altar del padre (hacia ti mismo, tu interior) , la percepción se unirá al conocimiento. A medida que percibes más elementos comunes en todas las situaciones, la transferencia del entrenamiento del espíritu Santo aumentará.
Lo que es uno no puede verse como separado. en el altar de Dios , la visión de su hijo tiene tanta luz, que la luz lo inunda todo y brilla en la mente del padre y se unifican. El mundo deja de tener propósito a medida que se funde con el propósito de Dios. EL CIELO ESTA EN TI Y AL ESTAR EN DIOS TIENE TAMBIEN QUE ESTAR EN TI
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