domingo, 31 de julio de 2016

CAPITULO 21: PARTE II: SOMOS RESPONSABLES DE LO QUE VEMOS

1. Para que aprendas este curso sólo se requiere una pequeña dosis de buena voluntad. Y es la misma pequeña dosis que se necesita para que tu relación se transforme en dicha. El pequeño cambio de mentalidad por el que la crucifixión se transforma en resurrección, es tan simple que es imposible que no se entienda perfectamente. Si decides oponerte a ello es porque bajo tu juicio es un precio demasiado alto a pagar para alcanzar la paz.

2. Esto es lo único que tienes que hacer para que se te concede la visión,la felicidad, la liberación del dolor y el escape del pecado.
Di esto de corazón y sin reservas porque en esto radica el poder de la salvación:
Soy responsable de lo que veo.
Elijo los sentimientos que experimento y decido el objetivo que quiero alcanzar.
Y todo lo que parece sucederme yo mismo lo he pedido, y se me concede tal como pedí.
Reconoce únicamente que estabas equivocado, y todos los efectos de tus errores desaparecerán.

3. Es imposible que el Hijo de Dios pueda ser controlado por sucesos externos a el. Es imposible que el mismo no haya elegido lo que le sucede. Su poder de decisión es lo que hace que viva la situación que vive. Las coincidencias y casualidades no son posibles en el universo tal y como Dios lo creo. Si sufres es porque crees que es posible sufrir y tu meta es el pecado. Si eres feliz es porque pusiste tu situación en manos del Espíritu Santo que es quien sabe lo que es mejor para ti.

4. No temas entregar este regalo , si no lo entregas seguirás viendo al mundo como lo ves ahora.  Si lo entregas todo lo que ves desaparecerá junto a él. Este intercambio se efectúa en el instante santo y te lleva a ver el mundo que si deseas. Para que esto se realice tienes que reconocer el poder que tiene tu deseo , su fuerza no su debilidad. Debes reconocer que una mente que es capaz de construir un mundo es capaz de abandonarlo.

5. El mundo que ves es un testigo demente. Has sido tu quien se ha causado todo esto. Si comprendieses esto , comprenderías que tu visión se mueve en círculos. Dando vueltas.

6. Quizás no veas la necesidad de entregar ese regalo. Ve en ella que cambias la separacion por la salvación. El ego es la idea de que te pueden suceder cosas en contra de tu voluntad. Creer que lo que te sucede es por causas externas a ti.

7. El Espíritu Santo puede hacer que tengas fe en la Santidad y drte la visión para que la puedas ver. Sólo se te pide que le hagas sitio a la verdad. Que la dejes entrar y que dejes de interferir en lo que debe ocurrir.

8.  Abandona los ídolos que pusiste en tu altar. El instante Santo es un instante de reconocimiento . El reconocimiento procede de la visión y de no hacer más juicios. Sólo así puedes mirar en tu interior y ver lo que se encuentra allí. Deshacer no es tu función pero si el estar dispuesto a ello.

9. Hacerse ilusiones es la manera en la que el ego Lidia con lo que desea para hacerlo realidad. El poder del desear  y el de tener fe en algo es la mejor demostración de que sus objetivos parezcan reales y posibles. Tener fe en algo irreal hace que se tengan que hacer ajustes en la realidad para que se ajuste a ese objetivo en el que se tiene fe en conseguir. Verás lo que desees ver.

10. Cuando se niega la visión, la confusión entre causa y efecto es inevitable. No puede haber efectos sin causa, y confundirlas es no entender. Ninguna de las dos. El Creador es la causa y tu el efecto, sin embargo has querido ser tu el efecto que da lugar a la causa.

11. Es esencial que reconozcas que el mundo que ves lo has creado tu y también que no te has creado tu mismo. Se trata del mismo error.  Si crees que lo que hiciste dicta lo que ves y sientes estas negando a tu Creador y creyendo que tu te hiciste a ti mismo.

12. Las creaciones del hijo son semejantes a las de su Padre. Pero sólo puede crear en unión con su padre. Tu hermano cree que fabricó el mundo junto contigo. Así niega la creación y cree que fue engendrado en ese mundo y niega haberlo fabricado.

13. La verdad es que tanto tú como tu hermano fueron creados por un padre amoroso. Reconoce que fabricaste todo lo que se interpone entre tu y tu hermano y os separa y os separa a los dos del padre.

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