martes, 5 de julio de 2016

CAPITULO 18: PARTE VII: NO TENGO QUE HACER NADA

1. Tienes demasiada fe en el cuerpo como fuente de fortaleza. Nadie que aún acepte el pecado ( error original) como su objetivo, puede aceptar la Expiación. No has aceptado tu única responsabilidad.

2. Jamás te has olvidado completamente del cuerpo. No se te pide que lo hagas por más de un instante, sin embargo en ese instante es cuando ocurre la expiación. Cada instante que pases sin ser consciente del cuerpo te proporcionará una nueva perspectiva del mismo.

3. No hay un solo instante en el que el cuerpo exista en absoluto. Es algo que siempre se recuerda o se prevé, pero nunca se puede tener una experiencia previa de el. Sólo su pasado y su futuro hacen que parezca real.

4. Es imposible aceptar el instante santo sin reservas , a no ser que estés dispuesto ,a no ver ni el pasado ni el futuro. La liberación se te concede en el instante en el que la desees. Este curso  te propone ahorrar tiempo. Son muchos los esfuerzos que se hacen para hacer Santo lo que se odia y se aborrece. No es necesario que dediques toda tu vida a la contemplación ni horas meditando para desapegarte del cuerpo.

5. La relación Santa es un medio de ahorrar tiempo. Sólo tienes que recordar que no tienes que hacer nada. cuando la pz llega a los que luchan para no caer en el error, cuando la luz llega a la mente dedicada a la contemplación, ese momento  viene acompañado de: No tengo que hacer nada.

6. Esta es la liberación que todos tendrán a su manera y a su debido tiempo. Tu no tienes necesidad de ese tiempo. No aprovechad el curso si te empeñas en utilizar otros medios que a otros les haya ido bien y descuidas los que son para ti. Ahorra tiempo con los medios que te ofrece el curso y no hagas nada más.

7. Hacer algo involucra al cuerpo. Si reconoces que no tienes que hacer nada habrá dejado de darle valor al cuerpo. Liberándose del tiempo. El que no tiene que hacer nada no tiene necesidad de tiempo. No hacer nada es descansar. Es crear un lugar dentro de ti donde la actividad para de pedirte atención. A ese lugar llega el espíritu Santo y lo habita.

8. Este tranquilo centro donde no haces nada, permanecerá contigo, dándote descanso en medio del ajetreo de cualquier actividad a la que se te envié.

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