jueves, 7 de julio de 2016

CAPITULO 18: PARTE IX: LOS DOS MUNDOS

1. Se te ha dicho que lleves la obscuridad a la luz, la culpabilidad a la Santidad ( unidad ) . Lo que el espíritu Santo necesita, es esa diminuta parte de ti, que parece estar desconectada y separada. El resto está al cuidado de Dios y no necesita guía. Esa es la pequeña parte que crees haberle robado el Cielo. El Cielo no la ha perdido eres tú el que ha perdido de vista el Cielo.

2. No te mantengas separado, aquel que si lo rodea te brinda la Unión, y ha llevado tu minúscula ofrenda de obscuridad a la luz eterna. El árido desierto, las tinieblas y la falta de vida, sólo se ven a través de los ojos del cuerpo. La desolada visión que estos te ofrecen está distorsionada. Los mensajes que te transmiten a ti que la inventaste para poner límites a tu conciencia son insignificantes y limitados.

3.  Estos mensajes sólo hablan de cosas externas. Te sientes seriamente tentado de abandonar al Espíritu Santo al primer roce con el anillo de temor, pero el te conducirá sano y salvo a través del temor y más allá del ser.

4. El círculo de temor yace justo debajo del nivel que los ojos del cuerpo perciben. Ahí se encuentran todas las ilusiones, todos los pensamientos distorsionados, todos los ataques dementes, la furia, la venganza y la traición que se concibieron con el propósito de conservar la culpabilidad, de modo que el mundo pudiese alzarse desde ella y mantenerla oculta.

5. El cuerpo seguirá siendo el mensajero de la culpabilidad y actuará tal como ella le dicte mientras tú sigas creyendo que la culpabilidad es real. Su delgadez y transparencia no se vuelven evidentes hasta que ves la luz que yace tras ella. Y ahí ante la luz la ves como el frágil velo que es.

6. Esta barrera es como un banco de nubes negras que flotan dando la impresión de ser una sólida muralla ante el sol. Su apariencia impenetrable no es más que una ilusión. Nada puede descansar sobre ella, pues es una base ilusoria. Trata de tocarla y desaparece.

7. En es Banco de nubes es fácil ver todo un mundo. Se destacan figuras que se mueven de un lado a otro, las acciones parecen reales, y aparecen formas que pasan de lo bello a lo grotesco. Esto se repite una y otra vez, mientras quieras seguir jugando el juego infantil de pretender ser otra cosa.

8. Las tenebrosas nubes de culpabilidad no te pueden dañar mientras las atraviesas. Deja que tu Guía te muestre tu verdadera naturaleza insubstancial a medida que conduce más allá de ellas, pues debajo de ellas hay un mundo de luz sobre el que esas nubes no arrojan sombras.

9. Este mundo de luz, es el mundo real , donde la culpabilidad se topa con el perdón. Ahí el mundo exterior se ve con otros ojos sin culpabilidad.

10. Pero ni siquiera el perdón es el final. Es la fuente de la curación, el emisario del amor, pero no su Fuente. Se te conduce ahí para que Dios de el paso final. Un paso más allá de este Santo lugar de perdón, este paso va más allá pero tu no lo puedes dar. Ahí reside la Fuente de la luz, ahí nada se percibe, se perdona o se transforma, sino que simplemente se conoce.

11. Este curso te conducirá al conocimiento, pero el conocimiento en si está más allá del alcance de nuestro programa de estudios. Lo único que tenemos que recordar es que todo aquel que alcance el mundo real, más allá del cual el aprendizaje no puede ir, ir más allá de el, pero de una manera diferente. El aprendizaje termina ante Aquel que es complejo  donde el mismo comienza y donde no hay final. Aún es mucho lo que nos queda por aprender, pues todavía tenemos que alcanzar la condición de estar listos por el conocimiento.

12. El amor no es algo que se pueda aprender. Su significado está en si mismo. Y el aprendizaje termina una vez que reconoces que todo lo que no es amor. El amor no es algo que se pueda aprender porque jamás lo has conocido.

13. Tu relación con tu hermano ha sido extraída del mundo de las sombras, y su impío objetivo conducido a través de las barreras de la culpabilidad, lavado en las aguas del perdón y llevado ante la luz. El instante santo en el que tu y tu hermano os unisteis no es más que el mensajero del amor.

14. Cuando el recuerdo de Dios te haya llevado en el Santo lugar del perdón, no recordarás nada más y la memoria será tan inutil como el aprendízaje, puesntu objetivo será crear. No podrás saber esto hasta que sane tu percepción y eliminada para siempre.

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