domingo, 14 de agosto de 2016

CAPITULO 21:PARTE VII: LA ULTIMA PREGUNTA QUE QUEDA POR CONTESTAR

1. No te das cuenta de que todo sufrimiento viene de la extraña creencia de que eres impotente?La I!potencia es el requisito que impone el pecado y el requisito que se exige para creer en el. Traicionar al Hijo de Dios es la defensa de los que no se identifican con el. Y o estás de su parte o en su contra, lo amas o lo atacas, o proteges su unidad o lo ves fragmentado como consecuencia de tu ataque.

2. Los que se creen impotentes deben creer que no son el Hijo de Dios. Son los siniestros, los silenciosos y los atemorizados, los que se encuentran solos e incomunicados, y los que tienen miedo del poder del hijo de Dios y lo atacan. No saben que son parte de él y no saben a quién odian.

3. Los siniestros aparentan ser frenéticos, ruidosos y fuertes. No saben quien es su enemigo sólo que lo odian. El odio los convocan pero no los une. Frente a la fortaleza huyen. Los que son fuertes no traicionan y no tienen necesidad de tener sueños de poder ni exteriorizarlos.

4. El ejército de los impotentes es débil. No tiene armas ni enemigo. Puede invadir el mundo y buscar un enemigo que no existe.puede soñar que encontró uno, pero este cambia según lo ataca y se busca otro. Y así continuamente.

5. El odio tiene que tener un blanco. No se puede tener fe en el pecado sin un enemigo. La razón le diría que dejase de buscar lo que no existe. Primero debe estar dispuesto a ver un mundo donde no hay enemigos. No necesita entender como puede ver un mundo así. Sólo debe hacerse las siguientes preguntas:
1-deseo un mundo en el que el gobierno yo en lugar de uno que me gobierna a mi?
2- deseo un mundo en el que soy poderoso en lugar de uno en el que soy impotente?
3- deseo un mundo en el que no tengo enemigos y no puedo pecar?
4- Deseo ver aquello que negué porque es la Verdad?

6. Puede que te hayas contestado. Las tres primeras preguntas pero todavía no has contestado a la última. La razón te aseguraría que las tres son la misma.
Esta última pregunta parece encerrar una amenaza que las otras ya no tienen. Esto da testimonio de que aún crees que  la verdad es tu enemigo.

7. La elección entre el pecado y la verdad es la elección entre atacar y curar.  La curación viene del poder y el ataque viene de la impotencia.es imposible que quieras curar a quien atacas. Esto no es otra cosa más que elegir entre decidir si verle entre los ojos del cuerpo o dejar que se te revele  a través de la visión. Tu decides lo que quieres ver.

8. Piensa que respuesta vas a dar a esa última pregunta. La razón te dirá que debe ser contestada y que su respuesta está en las otras tres. Cuando observes el pecado en cualquiera de sus formas, preguntate lo siguiente:
Es esto lo que quiero ver? Es esto lo que deseo?

9. Esta es tu única decisión. Sobre esto tienes control. Si eliges ver un mundo donde no tienes enemigos y donde no eres impotente, se te proveerán los medios para que lo veas.

10. Esta última pregunta es tan importante  por el tiempo.  Las otras tres son decisiones que puedes tomar y soltar y volver a retomar cuando quieras. Pero la verdad es constante y no implica vacilaciones.

11. El contenido de estas preguntas es el mismo. Cada una te pregunta si quieres cambiar el mundo del pecado por la visión del espíritu Santo. Los que ven el pecado, están viendo la negación del mundo real. Si contestas "si" a la última pregunta , añades sinceridad a las decisiones que ya has tomado con respecto a las demás. Sólo así habrás renunciado a cambiar de opinión.

12. Mientras no contestes a las otras preguntas, la respuesta será un si y un no a la vez . Has contestado si, sin darte cuenta de que "si" tiene que significar que no has dicho no.

13. La felicidad elusiva, la que cambia de forma según el tiempo o el lugar, es una ilusión que no significa nada. La felicidad tiene que ser constante porque  se alcanza mediante el abandono del deseo de lo  que no es constante. La visión constante sólo se les concede a aquellos que desean la constancia. Desea lo que quieres y eso será lo que verás y creerás que es real. No hay un solo pensamiento queno tenga el poder de liberar o de matar. Ni abandonar la mente del pensador o dejar de tener efectos sobre el.

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