domingo, 14 de agosto de 2016

CAPITULO 21: PARTE VIII: EL CAMBIO INTERNO

1. Son peligrosos los pensamientos? Para los cuerpo si. Los pensamientos que parecen destruir son los que enseñan al pensador que puede ser destruido. Así pasa de la vida a la muerte, la prueba de que eligió la ilusión en lugar de lo que es constante. Creyó que quería la felicidad pero no la deseo porque la felicidad es la Verdad y tiene que ser constante.

2. En la condición de dicha constante no hay excepciones ni cambios de ninguna clase. La felicidad contempla todo y ve la unidad en todo.  Nada altera su constancia porque su propio peso no puede ser conmovido. Les llega a aquellos que entienden que la última pregunta debe ser contestada , igual que la paz le llega a quien elige curar y no juzgar.

3. La razón te dirá que no puedes pedir la felicidad de una manera inconsistente. Pues si lo que deseas se te concede, y la felicidad es constante,  sólo necesitas pedirla una sola vez para que la goces eternamente. Y si no gozas de ella constantemente, es que no la pediste realmente. Más aquello de lo que no estás seguro Dios no te lo puede dar. Si sigue estando inseguro, es que no lo deseas realmente.

4. Tu que completas la Voluntad de Dios y que eres Su felicidad. Tu voluntad es tan poderosa como la Suya. Planteate por que no has contestado  todavía a la última pregunta.  Tu respuesta a las otras te ha dejado un poco cuerdo. La última pregunta es la que te deja realmente cuerdo.

5. El instante Santo es el llamamiento de Dios a que reconozcas lo que ya te ha dado. El Gran llamamiento a la razón. A la conciencia de lo que siempre está a la vista, a la felicidad que podría ser siempre tuya. Aquí la última pregunta esta contestada y lo que pides está concedido. El futuro es ahora. Aquí el futuro es ahora.deseas lo que nunca puede cambiar, pues has pedido que nada se interponga entre la Santidad de tu relación y la conciencia de la misma.

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